¿Qué es realmente el “coste de propiedad” de un auto?

Spoiler: es mucho más que el precio de compra.

Cuando pensás en tener un auto, lo primero que se te viene a la cabeza es el precio de venta. Pero eso es solo el comienzo. Tener un auto implica muchos más gastos que, en el día a día, no siempre vemos… hasta que los sentimos en el bolsillo.

En este artículo te contamos qué es el costo total de propiedad (TCO, por sus siglas en inglés) y por qué, cuando lo tenés en cuenta, la suscripción puede ser una opción más eficiente y sustentable.

1. ¿Qué incluye el coste de propiedad?

El coste de propiedad es la suma de todos los gastos relacionados con tener un auto, más allá de su valor de compra. Incluye:

  • Financiamiento (entrega inicial, intereses y gastos asociados)
  • Patente e impuestos anuales
  • Seguro
  • Mantenimiento periódico y correctivo
  • Gastos de combustible o carga
  • Depreciación (la pérdida de valor con el tiempo)

Cuando sumás todo eso, el número real es mucho más alto que el que aparece en la ficha técnica.

2. La depreciación: el gasto invisible

En promedio, un auto nuevo pierde entre 20% y 30% de su valor en el primer año, y entre 50% y 60% en cinco años. Es decir, si pagaste U$S 30.000 por un vehículo, podrías perder más de U$S 15.000 en valor aunque lo uses poco y esté impecable. Esa pérdida no se ve, pero es uno de los costos más grandes de tener auto propio.

3. El financiamiento también cuesta

La mayoría de las personas no compran un auto al contado. Piden un préstamo o lo financian en cuotas, lo que agrega intereses, gastos de aprobación y a veces seguros adicionales.

Ejemplo realista: Un préstamo de U$S 20.000 a 5 años puede generar entre U$S 3.000 y U$S 5.000 en intereses, dependiendo de la tasa.

4. Mantenimiento, combustible y más

A esto sumale:

  • Cambios de aceite, filtros, pastillas de freno
  • Cubiertas, alineación, revisiones técnicas
  • Combustible (que no para de subir)
  • Tiempo perdido en gestiones y trámites

5. ¿Y si no tenés que preocuparte por nada de eso?

Con Simple, no comprás un auto: te suscribís a uno. Pagás una sola cuota mensual fija, que ya incluye:

  • Carga
  • Mantenimiento
  • Seguro
  • Asistencia
  • Patente

Sin entrega. Sin trámites. Sin sorpresas. Y sin el desgaste que implica comprar, mantener y eventualmente vender un auto que se desvaloriza cada día.

¿Y el número final?

Cuando sumás el coste total de propiedad de un auto tradicional (incluyendo depreciación y financiamiento), el gasto real puede ser entre un 30% y un 50% mayor al precio de compra.

En cambio, con Simple sabés exactamente cuánto vas a pagar, mes a mes, con todo incluido.

Y además, te movés en eléctrico, sin contaminar.